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jueves, 10 de marzo de 2011

El sexismo en los cuentos infantiles

Seguimos con el sexismo, la verdad que es un tema que tiene mucha miga, quizás porque hay que hurgar en la herida para que la gente se de cuenta de la cruda realidad, hasta en la escuela condicionamos a nuestros hijos a los roles que la propia sociedad ha creado. En entradas anteriores se ha hablado de los libros de texto, pero la cosa no se queda ahi, hay otro tipo de "juego" o "pasatiempo" al alcance de los niños desde edades mucho más tempranas, los cuentos.

Sin darnos cuenta, desde el mismo momento en que los niños llegan al mundo empezamos a acribillarlos con historias que ocultan un claro fondo sexista. Pongamos un ejemplo, la Cenicienta, una muchacha guapa que se dedica a las tareas del hogar, como no, una mujer haciendo las labores ¿no suena demasiado...típico? Pensemos además, ¿cual es el fin principal que persiguen las mujeres en este cuento? Encontrar un buen marido y contraer matrimonio ¿POR QUÉ? ¿Dónde esta la imagen de la mujer de hoy? La mujer trabajadora, independiente, con aspiraciones, que no depende de un hombre para labrarse un futuro sólido y prometedor. Si alguien la encuentra, aunque sea mínimamente, en alguna de sus páginas, sinceramente, es todo un logro. En cambio, miremos el lado contrario, ¿Cuál es el papel que se asigna al hombre? Un príncipe rico, bien posicionado socialmente, codiciado por las mujeres, atractivo y con un futuro asegurado, si esto no es sexismo ¿Qué es entonces?

Sobre este tema se ha escrito mucho, tenemos por ejemplo el caso de un texto escrito por una estudiante que recuperó la revista digital Educando en Igualdad que dice así:

PROPUESTA DE FICCIÓN


Hola a todos! Soy Corn, el hada de todos los cuentos. Soy la personita que pone en los cuentos la fantasía. Esta vez no sé cómo, pero sólo había desorden, y ahora mismo lo explico.

Camilo José Cela, sí , no se extrañen, el famoso escritor que en 1989 recibió el PREMIO NOBEL DE LITERATURA, pensó en hacer un cuento infantil. Quería que una joven (Bramante), fuera una sirvienta de tantas, pero en ese mismo momento la joven pintada en la hoja salió al mundo real. Era un dibujo que podía hablar, andar, correr,......, aunque en aquel momento empezó a protestar.

- !Estaría bueno!. Solamente nos mencionáis en los cuentos cuando hay que hacer alguna tarea del hogar.

- Esto es una imaginación, porque no puedo estar hablando con un personaje de ficción. Respondió asombrado Camilo.

- Bueno, la verdad es que no soy la única que puedo protestar por ............. !!Crash!! de repente aparecieron Blanca Nieves, Cenicienta, la Bella Durmiente y la jovencísima Caperucita Roja.

- ¡Hola Bramante! - Saludaron las cuatro jóvenes.

- ¿También vosotras vais a protestar por vuestro papel en los cuentos? - preguntó Camilo asombrado, ya que no le pasa esto a uno todos los días.

- La verdad es que no podemos negarlo. Insistió Blanca Nieves.- yo no estoy muy satisfecha con mi papel, tengo que hacer las tareas del hogar de los enanitos, además de que no son muy limpios tengo que cuidar de su casa mientras que están de vacaciones.

- ¿Pero al final no te casas con un príncipe? se oyó la voz de Camilo.

- ¿Un príncipe?. !Ese es un vago!. Quiere que haga la comida, le lavé la ropa y lo peor es que trabaja en el anuncio de Profidén. Terminó Blanca Nieves.

No se oyó ningún ruido durante unos instantes hasta que el silencio lo rompió Cenicienta.

- Bueno, ahora soy yo la que protesta. Soy la sirvienta de mi propia casa, solamente oigo: "Cenicienta, lava la ropa, prepara la cena para veinte, friega el suelo, haz esto, haz lo otro". ¡No paro ni un momento!

- ¿Y el príncipe?. Tu no tendrás ningún problema. preguntó Camilo.

- No, he vuelto a mi casa porque el príncipe no ganaba para zapatos, ya que todos los días perdía uno en los jardines de palacio. Además, el Hada madrina se ha cansado y se ha jubilado.

- Graves problemas los vuestros.

- ¿Y de mí, qué pasa? - preguntó Caperucita.- Yo tengo que llevar la comida a mi abuela, como se la come el lobo tengo la orden de preparar aún más, le limpio la casa, reparo el techo que lo tiene lleno de goteras; !!y aún soy una niña!!.

- Todos mis problemas están reunidos en los que han explicado mis amigas, aunque sólo quiero saber una cosa, ¿ por qué somos las mujeres las que trabajamos en la casa?- preguntó la Bella Durmiente.

Camilo José Cela no pudo explicarles nada, pero esta conversación tuvo mucha importancia, ya que los cuentos llegaron a tener cambios, como, Blanca Nieves que ahora es una obrera en una mina, Cenicienta es la presidenta de una empresa de banca, la Bella Durmiente es piloto de aviones y Caperucita, un poco más crecidita, es albañil; tampoco hay que olvidar que Bramante es una de las mejores escritoras

Creo que este cuento SI refleja claramente lo que los de hadas ocultan, lo más curioso es que, aunque lo sabemos, aunque sospechamos que no puede ser accidental que siempre sean los personajes del mismo sexo los que cumplan los mismos roles, seguimos leyéndoselos a los niños desde su más tierna infancia, y esto, aunque creamos que no, afecta a su autoconcepto. Una niña no debe jugar al futbol, no debe ocupar cargos directivos porque no está cualificada, es el sexo débil, un niño no debe llorar, no debe jugar con muñecas, no debe ser un sentimental... No quiero decir con esto que los cuentos infantiles deban ser desterrados pero si se debe enseñar a los "peques" a leerlos contextualizandolos en el momento actúal, a entender que esos personajes existieron en una época determinada en que hombres y mujeres tenían unos roles muy distintos a los de ahora y que hoy en día la mujer es, en todos sus aspectos, igual al hombre. Por favor dejemos que los niños sean niños, que sean quienes quieran ser, que hagan lo que quieran hacer, que digan lo que quieran decir, sin ser juzgados de "nenazas" o de "marimachos", por actuar como injustamente la sociedad ha decidido que no deben hacer, enseñémosles a ser libres no a ceñirse a estúpidos estereotipos que no son más que un lastre.

Por último añado un video que me ha parecido interesante...¿Por qué no darle la vuelta al cuento?



Menos cuentos chinos, más cuentos NO SEXISTAS

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